sábado, 18 de abril de 2009

Dualidad del ser humano: personalidad y naturaleza del mismo

Existen dos tipos de personas, las que viven según sus propios prejuicios (o también principios estables) y las que viven según el equilibrio de lo razonable; el primer tipo obedece a su personalidad (o sea, a su propio conjunto de ideas como algo real) y el segundo obedece a su propia naturaleza.
El tipo A nace de la incapacidad que tiene el individuo de abarcarlo todo; al darse cuenta de este hecho, la persona se ve confundida por diversos motivos (lo cual desemboca en subtipos de A) y acaba por establecer los principios estables que son aquellas normas que ahogan la libertad del individuo con tal de aplacar la sed de verdad, de razonamiento (o sea, ahogan su naturaleza) y le dotan de una personalidad que solo puede ser coherente consigo misma (de ahí que se nieguen a si mismos, para afirmar la coherencia de su error).
El tipo B nace exactamente de lo mismo que el tipo A, de la incapacidad que tiene el individuo de abarcarlo todo, pero éste lo afronta de una manera distinta, en vez de intentar vencer su confusión intenta comprenderla (o sea, intenta comprenderse a sí mismo) y así es como se da cuenta de que esta confusión esta construida encima de prejuicios, así, el individuo intenta deshacerse de ellos para vivir según su propia naturaleza y aunque este proceso es algo que le dura toda la vida, los individuos del tipo B suelen ser mas coherentes consigo mismos y con lo que les envuelve, porque evitan los prejuicios y son razonables con lo que ven, no con lo que creen ver.